Jack Kerouac "Viajero solitario"

Jack Kerouac Viajero solitario libro"Mi Cuartito a las seis del redentor amanecer (a las cuatro y media) y por delante ese rato, ese rato de ojos despejados para prepararme el café, para poner a calentar el agua, agregar el café, batirlo, al estilo francés, servirlo lenta, cuidadosamente en mi taza de lata, agregarle azúcar (no azúcar de remolacha californiana como hacía antes sino azúcar de caña de Nueva Orleans, porque más de una vez llevé remolachas de Oakland a Watsonville, un tren de ochenta vagones cargados solamente con desventuradas remolachas que parecían cabezas de mujeres decapitadas). - Ah, eso era un martirio, pero ahora tengo todo por delante, y me hago una tostada de pan de pasas en unos alambres que doblé a medida de la hornalla, la tostada cruje, hunto margarina en su superficie rojiza, la margarina se duisuelve dorada entre pasas quemadas y he aqui mi tostada. - Pongo después a freír huevos en mi sartencita, delgada como  una moneda de un centavo, más delgada en realidad, una simple lámina de lata ideal para llevar de campamento - los huevos se fríen morosamente y se hinchan de manteca, les agrego sal de ajo, y cuando están listos la yema se cubre de una lámina blanca, entonces los saco de la sartencita, ya están listos, los desparramo sobre las papas, hervidas previamente en pedazos pequeños y mezclo todo con el jamó trozado y frito, una especie de amasijo de papa y jamón debajo de los huevos humeantes y al lado de la lechuga y la manteca de maní. - había escuchado por ahí que la manteca de maníla y la lechuga contenían todas las vitaminas que uno necesita, pero esto después de que yo hubiera empezado a comer esta combinación primero porque me parecía exquisita y más adelante por la nostalgia del sabor - el desayuno listo quince minutos antes de las seis y mientras lo tomo me voy vistiendo, sin apuro, y en el momento que lavo el último plato en la piletita hierve el agua con la que me preparo el último café, lavo también la taza con agua caliente y la pongo a secar en su lugar, cerca de la hornalla y de la caja de cartón en la que guardo envueltos en papel madera los comestibles, para ese momento por fin descuelgo del picaporte el farol de señalero, tengo ya en el bolsillo trasero del pantalón la grilla de horarios y estoy listo para salir, todo está en su lugar, llaves, itinerario, farol, cuchillo, pañuelo, billetera, peine, llave del tren, cambio y yo mismo."

"Yo no habitaba nunca en la farsa que es la vida real de este mundo lleno de ruido."

"Los bosques están llenos de guardabosques."



Fragmentos de "Viajero solitario" de Jack Kerouac 

Comentarios